Con la llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas, es fundamental tomar precauciones para el cuidado de nuestras mascotas ante posibles golpes de calor y otros riesgos asociados, señaló Fausto Reyes Delgado, director Médico y de Asuntos Institucionales del prestigioso Hospital Veterinario UNAM-Banfield.
Reyes Delgado explicó que, a diferencia de los seres humanos, perros y gatos no controlan su temperatura de la misma manera. Mientras las personas sudamos para mantener la piel fresca y utilizamos ropa ligera, nuestras mascotas cuentan con otros mecanismos para disipar el calor.
Patitas
Uno de estos mecanismos consiste en sudar a través de los cojinetes de sus patitas, aunque esta forma resulta poco eficiente debido al tamaño de los animales en comparación con sus patitas.
También recurren al jadeo de la lengua, que actúa como un radiador, llegando a la sangre para enfriar la temperatura corporal. Otra táctica empleada por perros y gatos es extender su cuerpo sobre una superficie fría.
El experto de la UNAM también destacó que aquellos animales con pelaje largo utilizan su pelo para atrapar el aire en sus diferentes capas, funcionando como aislante térmico y contribuyendo al control de la temperatura. Por este motivo, no se recomienda rapar a estas mascotas.
¿Qué es un golpe de calor y cómo proteger a nuestras mascotas?
El golpe de calor es un aumento súbito e incontrolable de la temperatura en el cuerpo de la mascota. Habitualmente, un perro tiene una temperatura de 37,5 a 39 grados, pero en un can con golpe de calor, esta puede alcanzar desde 41 hasta 43 grados.
Una temperatura tan alta puede causar en la mascota lesiones en las neuronas y en los vasos sanguíneos, sangrado interno, hematomas en diferentes partes del cuerpo, dificultad para respirar e incluso provocar la muerte. Por ello, nuestros perros necesitan estar en un lugar ventilado y fresco, como la casa.