El plástico es una plaga que crece sin parar en el planeta, a razón de 52 millones de toneladas al año, según el estudio que se divulgaba hace pocos días.
Cada vez se ‘plastifica’ más el mundo, con envases y envoltorios que la mayoría de las veces son innecesarios y, en cambio, su posterior reciclaje y reutilización sigue sin alcanzar las mínimas cotas aceptables. La mayor parte va a parar a la naturaleza.
Frente a esta situación, cada vez son más las investigaciones que tratan de hallar un plástico (o algo parecido) que tenga la capacidad de degradarse rápidamente, sin dejar rastro en el medio ambiente.
Universidades y equipos científicos de todo el planeta van en pos de este santo Grial, que sin embargo no acaba de encontrarse. Todo podría cambiar ahora, con un descubrimiento realizado por investigadores chinos, que sí podría tener futuro y aplicarse en el mundo real.
La Academia China de Ciencias, a través del biólogo Chenwang Tang, ha desarrollado un nuevo tipo de plástico que puede autodegradarse en menos de un mes cuando es desechado.
Investigando bacterias
Todo comenzó en 2016 cuando los técnicos de una planta de reciclaje de Japón descubrieron una bacteria que produce de forma natural una proteína que puede degradar el plástico con gran rapidez.
Posteriormente, otros científicos descubrieron por su parte otras bacterias que también generaban enzimas capaces de comerse el plástico, lo que ha llevado a la producción en laboratorio de este tipo de enzimas sintéticas.
La novedad aportada por la Academia China de Ciencias es que ha conseguido integrar en la propia estructura de un tipo de plástico (el PCL) esporas de bacterias que producen enzimas devoradoras de plástico.
Esto hace que, cuando un envase de este material es desechado, dichas enzimas se liberan y son capaces de degradarlo en cuestión de pocas semanas.
Fuente: informacion.es