En una noche de julio de 2023, en el panteón de Xilotepec, en Xochimilco, se ve a cuatro biólogos de la UNAM que, con las lámparas de su celular, buscan entre la maleza y tumbas al responsable de producir un silbido que, de tan potente y nítido, parecería de humano.
La tarea les lleva un par de horas, pero al final dan con el animal: una diminuta rana verde que, con sus dos centímetros de largo, bien cabría en la uña del pulgar.
Silbidos
Aunque comunes en estados como Morelos o Guerrero, estos silbidos no se habían escuchado en Ciudad de México, o al menos no había registro de ellos hasta hace un año, cuando en plena temporada de lluvias Diego Iván Sánchez Aguilar —egresado de la licenciatura en Biología de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza—, los oyó a espaldas de su casa y de inmediato los grabó con su móvil.
Diego estaba casi seguro de que se trataba de una rana del género Eleutherodactylus; ya había trabajado antes con ellas y sabía que se trataba de una criatura de zonas cálidas, por lo que le sorprendió escucharla al sur de la capital, y además en un área tan densamente urbanizada.
Al día siguiente le reprodujo las grabaciones a su profesor, Uri García Vázquez, quien sospechó lo mismo que el joven.
A fin de saber más, invitaron a los estudiantes André Montero Vachier y Víctor Castillo Sánchez a formar un grupo de búsqueda, se apertrecharon con lámparas, grabadoras y ropa para el frío, y se dirigieron al cementerio de Xochimilco para corroborar o descartar si se trababa de dicho animal.
Cabeza casi triangular
“En el panteón, cada que escuchábamos un canto nos acercábamos con lentitud. No era fácil detectar de dónde provenía el silbido, por la acústica del sitio era fácil desorientarse. Nos tomó un par de días colectar un ejemplar. Cuando lo atrapamos, lo transportamos a nuestro laboratorio para proceder con los estudios pertinentes”, recuerda Uri García.
Físicamente, la rana fisgona tiene cabeza casi triangular, su cuerpo presenta pequeños tubérculos, sus extremidades son delgadas y largas; dedos largos y carentes de membrana interdigital. Sólo los machos presentan un saco vocal.