Ciudad de México 28 noviembre._ Investigadores de la Universidad de Murcia (UMU) descubrió altos niveles de mercurio, aunque no tóxicos, en los pingüinos de la Antártida.
La investigación, recogida en un artículo de la revista científica International Journal of Environmental Research and Public Health, analiza la intrusión de mercurio en la red alimentaria antártica.
El investigador de la UMU Miguel Motas, señaló que los niveles más altos de este metal se encontraron en los pingüinos barbijo, de la isla Rey Jorge, debido a su situación geográfica, más cerca de América.
De esta forma, las regiones polares, símbolos de la naturaleza, han sido identificadas como potenciales sumideros de mercurio procedentes de corrientes atmosféricas y oceánicas que transportan el mercurio a lo largo de toda la Tierra.
Los cambios en la cobertura de hielo que se están produciendo actualmente en algunas zonas, fruto de la crisis climática, «podrían potenciar estos fenómenos y sus impactos en la flora y fauna local», ha indicado Motas.
Las aves marinas, como especies longevas que se encuentran en la cima de las cadenas alimentarias, son especialmente sensibles a este metal altamente tóxico con capacidad de biomagnificación. Esta cualidad hace que los metales aumenten sus niveles de manera exponencial según se avanza en la cadena alimentaria», dijo el investigador de la UMU.
Seguirá la investigación
La forma que tiene el mercurio de entrar en la cadena alimentaria empieza en el krill, un pequeño crustáceo, ya que es el elemento fundamental de la cadena trófica de estos ecosistemas antárticos. Motas ha recordado que, «al depender tanto este frágil ecosistema del krill, cualquier factor estresante que sufra el mismo afecta al resto de la cadena trófica antártica».
Esta investigación comenzó con la toma de muestras en la campaña antártica 2005/2006 y continuó hasta la campaña 2006/2007. Los investigadores e investigadoras participantes de la Estación Experimental de Zonas Áridas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC y de la UMU fueron de los primeros en medir el mercurio en un área geográfica amplia de la península Antártica en estos seres vivos. Descubrieron que, «en los citados años, los niveles de mercurio ya eran muy altos».
El investigador Miguel Motas volverá a la Antártida el próximo 13 de diciembre, donde permanecerá unos meses para realizar nuevas investigaciones.
Fuente: ecoavant.com