Un estudio científico revela el alcance del impacto de los humanos sobre la vida de los animales y la destrucción de sus hábitats.
El estudio cifra el aumento de los desplazamientos de los animales lejos de su hábitat en el 70% y las disminuciones de los movimientos de los animales en el 37%.
Los científicos recopilaron y analizaron 208 estudios sobre 167 especies animales a lo largo de 39 años para ver cómo afectaban las perturbaciones humanas a sus desplazamientos, advierte Tim Doherty, ecólogo de la Universidad de Sydney y autor principal del estudio.
La investigación, hecha por científicos de la Universidad de Sidney y la Universidad de Deakin (Australia) y publicada en Nature Ecology & Evolution, concluye que la caza, los aviones, la actividad militar o el ocio modifican mucho más el comportamiento de los animales y sus desplazamientos que otras acciones humanas como la tala o la urbanización.
Evaluaron especies de todo tipo, desde la mariposa naranja dormilona de 0,05 gramos hasta el gran tiburón blanco de más de 2.000 kilos; en total, estudiaron 37 especies de aves, 77 de mamíferos, 17 de reptiles, 11 de anfibios, 13 de peces y 12 de artrópodos (insectos).
También tuvieron en cuenta las actividades que cambian el hábitat de los animales como la tala de árboles o la urbanización y otras, aparentemente no tan invasivas, como la caza, la actividad militar o el ocio y el turismo.
“Es vital que comprendamos la escala del impacto que los humanos tienen sobre otras especies animales”, alerta.
Para los investigadores «alterar los movimientos de los animales puede tener consecuencias profundas como mermar sus recursos, sus posibilidades de supervivencia, y sus tasas de reproducción, y provocar aislamiento genético e incluso su extinción local”.
Según el estudio, estas perturbaciones provocan un cambio global del 35% en los desplazamientos (aumento y disminución) mientras que las modificaciones del hábitat (talas, agricultura, urbanización…) provocan un cambio del 12%.