La agenda política de Lula y Petrobras sigue prometiendo ser cada vez más verde. Él mismo lo dijo el pasado noviembre. “Brasil puede ser la Arabia Saudí de la energía verde”, había declarado el presidente ante un parterre de empresarios de Arabia Saudí interesados en invertir en Brasil.
Ayer, la secretaria de Comercio Exterior de su Gobierno, Tatiana Lacerda Prazeres, en una entrevista con el diario O Estado de São Paulo, reveló que Brasil, en su turno de presidencia del G20, hará una propuesta “ambiciosa” a los países del grupo que utilizan la sostenibilidad ambiental “para promover sus propios intereses proteccionistas”.
“La agenda de la sostenibilidad es una prioridad para el gobierno brasileño”, afirmó Lacerda Prazeres. No obstante, añadió que Brasil propondrá que las normas para un comercio más sostenible “sean transparentes, prevean consultas con el sector privado, no sean más restrictivas de lo necesario para el objetivo que pretenden alcanzar y estén basadas en la ciencia”.
Ajuste Fronterizo
Entre los ejemplos de políticas que no cumplen los principios que propondrá Brasil, la secretaria de Comercio Exterior indicó el impuesto fronterizo sobre el carbono de la Unión Europea, según Infobae.
Se trata del Mecanismo de Ajuste Fronterizo del Carbono (Carbon Border Adjustment Mechanism en inglés), aprobado el año pasado que se aplicará a las importaciones de productos fabricados fuera de la Unión que emitan CO2.
De este modo, las empresas extranjeras tendrán un incentivo para adoptar las mismas normas de producción respetuosas con el medio ambiente que las europeas. El mecanismo entrará en vigor de forma gradual, entre 2026 y 2034, tras un periodo transitorio de tres años en el que los bienes importados sólo tendrán que registrarse.