En busca de un futuro más sostenible, la humanidad ha explorado diversas formas de construcción de viviendas. Desde las primitivas cuevas habitadas por neandertales, hasta la última novedad tecnológica en la materia: la primera casa construida en su totalidad con una impresora 3D.
En el afán de disminuir el impacto ambiental y reducir el consumo de energía en la construcción de viviendas, ha surgido la arquitectura bioclimática.
Según el docente de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, Naoki Solano García, se trata de “un tipo de arquitectura que cuida el medio ambiente y aprovecha energías alternativas provenientes de fuentes naturales en el sitio, con el objetivo de asegurar una calidad de vida adecuada para los habitantes del espacio arquitectónico”.
Arquitectura bioclimática
La arquitectura bioclimática integra el contexto social y ambiental para construir viviendas que reduzcan las demandas de energía convencional, principalmente aquellas de origen fósil.
El sector de la construcción, según la Agencia Internacional de Energía, es responsable del 34% del consumo de energía y del 37% de las emisiones de CO2 en el mundo. Por lo tanto, la arquitectura bioclimática es una alternativa viable para mitigar los efectos del cambio climático.
“La arquitectura bioclimática es energéticamente eficiente y satisface las necesidades de confort de manera pasiva en la medida de lo posible. Es una alternativa positiva, ya que la reducción de la demanda de energía necesaria para construirla también se traduce en menores emisiones de carbono a la atmósfera”, comentó Solano García.