México 31 enero._ 2022 fue designado por la FAO como el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales. El fin es impulsar en el mundo prácticas pesqueras a escala menor y asegurar un futuro sustentable para los pequeños pescadores y sus comunidades.
Se trata de un grupo de técnicas a pequeña escala en donde los volúmenes de captura son mucho menores comparados con lo de una pesca o acuacultura industrial. Generalmente se realizan en pangas o en embarcaciones. En el caso de la acuacultura se hace en algunas jaulas o cercos que ponen en los sistemas lagunares.
El jefe de la Unidad Mazatlán del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML), Felipe Amezcua Martínez, comentó que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el mundo dependen directamente de la pesca más de 100 millones de personas. Las cuales se desarrollan fundamentalmente en los países en vías de desarrollo de diversas partes de Asia, América Latina y África.
En Asia (85 por ciento del total mundial), seguido de África (nueve por ciento), América (cuatro por ciento) y Europa y Oceanía (con uno por ciento cada uno).
Empoderar la pesca
La iniciativa busca generar una promoción mundial que empodere a la pesca y la acuicultura artesanales. Y asegure un futuro sostenible para estos importantes sectores.
“A este tipo de pesca también se le llama ribereña o de pequeña escala. Lo de ribereña se refiere al sitio donde se captura, a las orillas del mar o de sistemas estuarinos”, afirmó el especialista de la UNAM.
A pesar de la función y responsabilidades que muestran estos datos, la pesca y la acuicultura artesanales, es decir, la realizada a pequeña escala, sigue sin tener acceso y control sobre los recursos, activos, créditos, información, capacitación y tecnología, así como en la toma de decisiones, reconoce la organización mundial