Mexico 9 agosto._ Se consiguió erradicar la mosca de la fruta del Mediterráneo en Colima. El insecto puede provocar daños devastadores en las frutas y en los vegetales.
El brote fue detectado en abril de 2021 en el mayor puerto del país, Manzanillo, y planteó un riesgo inmediato para una serie de cultivos como las carambolas, los higos, las guayabas, los mangos, las papayas, los pomelos rosados y las naranjas.
De no haberse gestionado esta actuación con prontitud, México, séptimo productor y exportador mundial de frutas y hortalizas frescas, hubiera podido sufrir la imposición de cuarentenas por parte de los países que no padecen esta plaga.
El comercio de este tipo de productos genera más de 189.000 millones de pesos mexicanos (más de 9000 millones de dólares) anuales en exportaciones, así como millones de empleos locales.
«Si la mosca del Mediterráneo se hubiera asentado en el país, la consecuencia hubiera sido el cierre del acceso a los mercados nacionales e internacionales de las frutas y hortalizas mexicanas, lo que finalmente hubiera significado pérdidas económicas para los productores locales», explicó Francisco Ramírez y Ramírez, director general de Sanidad Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de México.
Control
Para controlar el brote, México diseñó y activó un plan de emergencia con la ayuda de expertos de la Organismo Internacional de Energía Atómica y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura.
La erradicación se logró mediante la llamada Técnica del insecto estéril, un sistema de control de plagas que se considera respetuoso con el medioambiente.
Las hembras de la mosca del Mediterráneo pueden dañar los cultivos si depositan sus huevos en los cultivos maduros, afectando a su calidad, haciéndolos invendibles y no comestibles.
El proyecto consistió en la cría, esterilización y posterior liberación de más de 1450 millones de moscas macho. Una vez libres, estos insectos se aparean con hembras silvestres que no producen descendencia, lo que conduce a la disminución de la población de la plaga y, finalmente, a su erradicación.
La instalación donde se efectuó la esterilización, ubicada en el estado de Chiapas, es la segunda más grande del mundo con una capacidad de producción de 1000 millones de moscas macho estériles cada semana.