La Universidad Monash creó una nueva tecnología que utiliza microalgas para producir hidrógeno con menor impacto ambiental y consolidar esta alternativa a los combustibles fósiles.
Los resultados de la investigación, publicada en el Journal of Cleaner Production, señalan que las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción de hidrógeno utilizando RFV (gasificación por volatilización instantánea reactiva) en microalgas es un 36% menor en comparación con el reformado de vapor de gas metano, la mejor práctica actual para la producción de hidrógeno.
Con procesos adicionales de energía renovable, como la hidroelectricidad, integrados con el proceso de producción de hidrógeno de los investigadores, las emisiones de carbono podrían caer hasta en un 87%, según los autores del estudio.
La investigación también muestra que con el costo predominante del hidrógeno a 10 dólares por kilo, y usando RFV para producir el gas, el período de recuperación de la inversión inicial fue de solo 3,78 años con una tasa interna del 22% de retorno.
El equipo dirigido por Monash es el líder mundial en tecnología y análisis de gasificación RFV. RFV es un proceso de gasificación que utiliza oxígeno y vapor que convierte biomasa o materiales de carbono basados en combustibles fósiles en gases.
Actualmente, la producción de microalgas no satisface la demanda comercial. Sin embargo, el cultivo de microalgas para aplicaciones energéticas también podría proporcionar fuentes de ingresos adicionales para las comunidades rurales, haciéndolas potencialmente autosuficientes, dicen los investigadores.
“El hidrógeno y el metano son fuentes limpias de combustible y síntesis química ecológica solo si se producen a partir de recursos renovables. En la actualidad, el 96% del hidrógeno y todo el metano se producen utilizando recursos no renovables”, dijo en un comunicado el profesor asociado Akshat Tanksale de la Universidad de Monash y coautor de la investigación.
“Las microalgas como materia prima son atractivas debido a su alta eficiencia de fijación de dióxido de carbono, tasa de crecimiento, eficiencia fotosintética, capacidad de crecer en agua salobre, como ríos y lagos, y la capacidad de cultivarlas en tierras no aptas para la agricultura.
“La integración de agua y electricidad renovable con la recolección de microalgas puede reducir los costos y aumentar la sostenibilidad de la producción de hidrógeno a partir de este proceso”.
El doctor Yogendra Shastri del Departamento de Ingeniería Química de la Academia de Investigación IITB-Monash de Mumbai dijo que las preocupaciones por el cambio climático han llevado a un impulso cada vez mayor por opciones de energía más limpia, y las microalgas podrían ser un candidato potencial para producir combustible renovable.