El guajolote (Meleagris gallopavo), también conocido como pavo, es una especie animal ampliamente apreciada en el mundo.
Con una carne con un contenido bajo en grasa, una buena capacidad de conversión de alimento en carne y un sabor delicado, forma parte esencial de nuestros platillos tradicionales.
¿Quién no disfruta con un buen plato de mole de guajolote? En estas fiestas decembrinas lo encontramos por todos lados, preparado al horno, con el añadido de que después podemos disfrutar el recalentado en una rica torta.
¿Pero saben ustedes que es originario de México? Así es, sus antepasados habitaron América, particularmente el actual México donde los restos fósiles más antiguos identificados datan de hace 12 mil años.
Hace aproximadamente 8 mil años comenzó el proceso de domesticación (la adaptación de las especies silvestres del guajolote a la crianza y convivencia con humanos y su aprovechamiento en la alimentación), proceso que culminó hace tan solo dos mil años.
Parte de los mexicanos
Desde ese entonces, el guajolote forma parte de la dieta, tradiciones y cultura en México, hasta nuestros días criado en los patios de muchas casas en el México rural.
El guajolote es una de las dos especies animales domesticadas en México (la otra es el perro xoloizcuintli).
Existe otra especie de guajolote en México, localizada en la península de Yucatán y en algunas regiones de Guatemala, conocida como guajolote o pavo ocelado.
A diferencia de los guajolotes comunes, este posee unas hermosas plumas iridiscentes y no fue domesticado, obteniéndose para consumo humano por cacería.