Cercano a la costa oeste de Florida, el avistamiento de agujeros en las nubes generó especulaciones sobre posibles marcas de platillos voladores.
El satélite Terra de la NASA capturó a principios de año un fenómeno circular inusual sobre el Golfo de México.
Pero la existencia de estos círculos nada tiene que ver con los fenómenos anómalos no identificados. Realmente se trata de nubes cavum, también conocidas como nubes perforadas.
Cuando las nubes cavum se observan desde abajo, las formaciones pueden dar la impresión de un amplio círculo o elipse meticulosamente recortado en las nubes, con pinceladas o plumas en el centro del agujero.
Su impacto visual es igualmente sorprendente cuando se ve desde arriba, una toma que ha sido capturada a través de los satélites.
¿Cómo se forman los agujeros en las nubes?
Esta llamativa formación es analizada por los investigadores desde 1940. Varias décadas después, entre 2010 y 2011, un par de estudios ofrecieron una explicación.
La NASA reveló que las formaciones son causadas por aviones que se mueven a través de bancos de nubes altocúmulos.
Las nubes de nivel medio contienen gotas de agua sobreenfriada y se mantienen líquidas incluso a temperaturas bajo el punto de congelación (32°F o 0°C).
El sobreenfriamiento surge de la pureza del agua, sin partículas como polvo, esporas de hongos o bacterias, que normalmente inducen la formación de cristales de hielo.
Aunque pueda parecer exótico, el sobreenfriamiento de las nubes es común en la atmósfera terrestre. Los altocúmulos, que abarcan el 8% de la Tierra, están compuestas por gotas de agua sobreenfriadas a unos -15°C.
Estos cristales de hielo que se forman a menudo son visibles en el centro de los agujeros como tenues formaciones que no llegan al suelo. Cuando los aviones pasan a través de las nubes, dependiendo del ángulo en el que lo hagan, se pueden formar nubes cavum o nubes de canal.
Fuente: ngenespanol.com