México 16 abril._ En México existe potencial para el estudio químico de productos provenientes de la naturaleza. Además de que es el quinto país megadiverso del mundo. Tiene de 25 mil a 30 mil especies vegetales locales. Es decir, el diez por ciento de las plantas del planeta, afirmó el investigador del Instituto de Química (IQ) de la UNAM, Baldomero Esquivel Rodríguez.
Se estima que una planta tiene en sus genes la capacidad de biosintetizar de cinco mil a quince mil productos naturales. Algunos de esos genes se expresan bajo ciertas condiciones ambientales y otros permanecen “en silencio”.
Con base en estos datos, si multiplicamos cinco mil (el número más bajo de lo que se calcula que se puede biosintetizar) por 25 mil (la cifra menor de plantas que hay en la nación), tenemos potencialmente al menos 125 millones de posibles productos de la naturaleza. Sin embargo, con las técnicas actuales estamos aún lejos de poder aislar y caracterizar un número tan elevado, destacó.
Esquivel Rodríguez agregó que la biodiversidad, desde el punto de vista de la química, es superior en términos del número de especies, y es algo que la ciencia debe aprovechar.
“Diez por ciento de la flora de la Tierra se desarrolla y evoluciona en nuestro país, además de que tiene altos porcentajes de endemismo (especies locales).
Por ejemplo, de hasta un 54.9 por ciento, en el caso de las coníferas. Además, se estima que en México hay entre tres mil 500 y cuatro mil especies con algún uso medicinal”, destacó.
En el mundo se calcula que 50 por ciento de los fármacos utilizados son productos naturales, análogos, derivados o inspirados en ellos, es decir, que se copió la estructura química natural para hacer nuevas moléculas, precisó.
Medicinales
Además de medicamentos como antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios, entre otros, también contienen compuestos de interés agronómico, con los que se han producido herbicidas, insecticidas y funguicidas, señaló el experto.
Un papel importante de los compuestos creados por las plantas está relacionado con los mecanismos de defensa de estas contra sus principales depredadores.
O bien, con la atracción de polinizadores y dispersores. Mucha gente está familiarizada con la existencia de los antibióticos generados por algunos microorganismos, los cuales afectan el desarrollo de otros.
En tanto, los animales producen compuestos que repelen o atraen a otras especies, determinando así la reproducción o permitiendo el marcaje de territorios y caminos, detalló el universitario.