Un estudio publicado en Nature confirma, por primera vez, que las concentraciones de plástico que se encuentran en lagos y embalses son más altas que otras zonas oceánicas.
En la investigación, liderada por la Universidad de Milano-Bicocca, participan el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC).
“Los lagos son como centinelas de la contaminación, ya que en ellos se acaban acumulando los residuos plásticos que se dispersan a través de diversas fuentes como los embalses o la atmósfera. Además, una vez que llegan a sus aguas, los lagos pueden retener, modificar y transportar los desechos plásticos a través de las cuencas hidrográficas hacia los océanos”, contextualiza el investigador del IDAEA-CSIC, Miguel Cañedo-Argüelles.
Peores niveles de microplásticos
Entre los lagos donde se ha identificado la mayor contaminación por desechos plásticos se encuentra el Maggiore (Italia), el Lugano (entre Suiza e Italia), el Tahoe (EE. UU.), el Neagh (Reino Unido) o el Pantà de Sau, en Cataluña, que es uno de los que comparativamente muestran peores niveles de microplásticos.
Las masas de agua estudiadas en Galicia (el embalse de Abegondo-Cecebre, la laguna litoral de Doniños y el lago de Meirama) se alinean con lo observado en las tendencias globales.
Estos lagos actúan como las principales fuentes de agua potable de las poblaciones que los circundan. Son, además, zonas fundamentales para sus respectivas economías, ya que en su entorno se desarrollan numerosas actividades recreativas.