Según publican en ‘Nature Energy’, investigadores de Cambridge desarrollaron una tecnología alimentada por energía solar que convierte el dióxido de carbono y el agua en combustibles líquidos que pueden añadirse directamente al motor de un coche como combustible ‘drop-in’ .
Combustibles solares
El equipo aprovechó el poder de la fotosíntesis para convertir el CO2, el agua y la luz solar en combustibles multicarbono –etanol y propanol– en un solo paso. Estos combustibles tienen una alta densidad energética y pueden almacenarse o transportarse fácilmente.
A diferencia de los combustibles fósiles, estos combustibles solares producen cero emisiones netas de carbono y son completamente renovables, y a diferencia de la mayoría del bioetanol, no desvían ninguna tierra agrícola de la producción de alimentos.
Aunque la tecnología aún está en fase de laboratorio, los investigadores afirman que sus «hojas artificiales» son un paso importante en la transición hacia una economía basada en los combustibles fósiles.
El bioetanol se presenta como una alternativa más limpia a la gasolina, ya que se fabrica a partir de plantas y no de combustibles fósiles.
Etanol
Hoy en día, la mayoría de los coches y camiones que circulan por las carreteras lo hacen con gasolina que contiene hasta un 10% de etanol (combustible E10). Estados Unidos es el mayor productor mundial de bioetanol: según el Departamento de Agricultura, casi el 45% de todo el maíz cultivado en el país se destina a la producción de etanol.
«Los biocombustibles como el etanol son una tecnología controvertida, entre otras cosas porque ocupan tierras agrícolas que podrían utilizarse para cultivar alimentos», afirma el profesor Erwin Reisner, que dirigió la investigación.
Fuente: europapress.es