La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada constituyen un conjunto de actividades heterogéneas que ponen en peligro la viabilidad de numerosas especies marinas, alertó el investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, José Manuel Crespo Guerrero.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura es responsable de la pérdida de 11 a 26 millones de toneladas anuales de pescado, cuyo valor económico estimado es de 10 mil a 23 mil millones de dólares.
Además, se estima que uno de cada cinco peces capturados proviene de esta práctica. “Cuando ese pescado termina en nuestros platos, somos cómplices involuntarios de prácticas insostenibles y a menudo delictivas, que dañan nuestro bienestar futuro y la sostenibilidad de nuestro planeta”, establece la Organización de las Naciones Unidas.
En México se desconoce con exactitud el volumen de esa actividad, pero las especies más afectadas son las de alto valor económico: abulón, langosta, pepinos de mar, camarón siete barbas, pulpo y mero, señaló en entrevista el experto.
Junto con el peligro para las especies, también se pone en riesgo la seguridad del consumidor, añadió Crespo Guerrero. Por ejemplo, porque desconocemos de dónde proviene el producto o si las técnicas con las que se capturó son peligrosas para nuestra salud. Si estamos desinformados, no somos responsables.