El mercado de bonos de carbono es un mecanismo clave para reducir el impacto ambiental en el país, por lo que se requiere un mayor impulso a este mecanismo para avanzar en el combate al cambio climático, señala un análisis del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
Los bonos de carbono son el mecanismo que permite transferir los ingresos del carbono de las empresas a los reguladores (normalmente los gobiernos). En la mayoría de los casos, la asignación anual de bonos viene dictada por los objetivos de emisión del país o estado, explica el documento Ponencia IMEF 2024.
Detalla que existen dos mercados para comprar y vender créditos de carbono: mercados de cumplimiento y mercados voluntarios.
Cambio climático
El mercado voluntario de carbono existe en México desde 2013 y le permite a empresas convertir sus servicios y productos en carbono neutral. Esto significa que la huella de carbono del producto o servicio ha sido compensada con la compra de bonos de carbono, neutralizando su impacto ambiental.
“En México, los bonos de carbono son un mecanismo clave dentro de las políticas para combatir el cambio climático y promover la sostenibilidad”, indica el documento.
Por otro lado, detalla que la lista de innovaciones medioambientales es lo suficientemente larga, se pueden citar desde la electrificación de vehículos hasta la absorción de CO2 por medio de algas, pasando por placas solares, bombillas LED, monedas virtuales verdes (que no implican un elevado consumo energético por su proceso de minado) y los plásticos PCR (hechos de tereftalato de polietileno, una resina que puede ser reutilizada gracias a un proceso de recuperación).