Investigadores de Caltech hallaron una nueva clase de enzimas que permiten a una gran cantidad de bacterias “respirar” nitrato cuando se encuentran en condiciones de bajo oxígeno.
Si bien esto es una ventaja evolutiva para la supervivencia bacteriana, el proceso produce óxido nitroso (N2O), un gas de efecto invernadero, como subproducto, el tercer gas de efecto invernadero más potente, después del dióxido de carbono y el metano.
Sin embargo, a diferencia del dióxido de carbono, el óxido nitroso no permanece mucho tiempo en la atmósfera, lo que significa que cualquier intervención para frenar su emisión puede tener beneficios inmediatos.
Por ejemplo, el uso excesivo de fertilizantes para los cultivos proporciona a las bacterias del suelo abundante nitrato, que luego convierten en óxido nitroso; una aplicación más juiciosa de fertilizantes podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y ahorrar dinero a los agricultores.
Óxido nitroso
“El óxido nitroso es un gas de efecto invernadero mucho más difícil de controlar que el dióxido de carbono, pero con esta investigación ahora sabemos que hay muchas más fuentes que producen óxido nitroso de lo que se creía anteriormente”, dice en un comunicado Woody Fischer, profesor de Geobiología e investigador principal del nuevo estudio.
“Entender dónde y cuándo se libera este gas a la atmósfera puede ayudarnos a tomar decisiones más inteligentes. Hay un futuro no muy lejano en el que un agricultor tendrá información sobre las comunidades de microbios presentes en su suelo, lo que le permitirá tomar decisiones informadas sobre cómo y cuándo utilizar fertilizantes para la salud del paisaje”.
Un artículo que describe la investigación fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Fuente: cronica.com.mx