La arquitectura eficiente puede ser un aliado estratégico para los países que buscan la construcción de infraestructuras resilientes.
Un ejemplo de este tipo de proyectos es el Centro Infantil Econef, de Asante Architecture en Tanzania, el cual, plantea la reutilización del agua de lluvia.
Arquitectura sustentable
Inspirado en el baobab africano, cuyo tronco almacena hasta 120 mil litros de agua, el inmueble recoge el agua del techo mediante un canalón central que la dirige a depósitos subterráneos, para ser reutilizada
Otro ejemplo es el megaproyecto de Stefano Boeri para un bosque vertical al Norte de África. Según la firma, este lograra fortalecer la gestión hídrica en respuesta al clima árido de la región y establecer un modelo para futuros edificios y desarrollos urbanos.
El plan del estudio busca incorporar dos mil 640 árboles y 27 mil 600 arbustos mantenidos por invernaderos y jardines hidropónicos.
De acuerdo con UNESCO, la desertificación es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas.
“Este proceso no hace referencia al avance de los desiertos existentes. La desertificación se debe a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que cubren un tercio de la superficie del planeta, la sobreexplotación y el uso inadecuado de la tierra”.
Malas prácticas
Este problema es causado fundamentalmente por la actividad humana (malas prácticas de riego, deforestación o sobrepastoreo) y las variaciones climáticas.
La vegetación ayuda a reducir las temperaturas de la superficie.
Parques lineales y fluviales, ríos renaturalizados, laderas restauradas, así como jardines de lluvia y techos verdes, son ejemplo de su incorporación en las ciudades.