Un mamífero que se creía extinto reaparece en la selva y revive la esperanza de la conservación
Un mamífero que se creía extinto reaparece en la selva y revive la esperanza de la conservación

Un mamífero que se creía extinto reaparece en la selva y revive la esperanza de la conservación

En lo más profundo de una de las selvas más inaccesibles del planeta, la ciencia recibió una sorpresa que parecía imposible. El equidna, un mamífero considerado durante décadas como una reliquia del pasado fue visto nuevamente con vida, un hallazgo que sacudió a la comunidad científica y devolvió la esperanza a los esfuerzos de conservación.

Se trata del equidna de pico largo de Attenborough, una especie que durante más de medio siglo solo existía en registros históricos y piezas de museo.

Sin avistamientos recientes ni pruebas claras de su supervivencia, muchos expertos daban por hecho que había desaparecido de su entorno natural. Esa idea cambió de forma radical cuando un equipo internacional logró captarlo en libertad gracias a cámaras trampa instaladas en zonas remotas.

El registro apareció casi al final de la expedición, al revisar la última tarjeta de memoria.

La imagen fue breve, pero suficiente para confirmar que el animal seguía allí, oculto entre la selva.

Este mamífero pertenece al exclusivo grupo de los monotremas, uno de los pocos mamíferos que ponen huevos.

Su linaje se remonta a más de 200 millones de años, razón por la que suele describirse como un auténtico “fósil viviente”.

Su cuerpo cubierto de púas, su pelaje espeso y su largo hocico lo convierten en una especie única dentro del reino animal.

Encuentran al equidna de pico largo de Attenborough

El hallazgo fue posible gracias a una expedición en los montes Cíclopes, en Indonesia, una región montañosa y de acceso extremadamente difícil, con cumbres que superan los 2.000 metros de altura. Durante semanas, los investigadores avanzaron por selvas densas y terrenos inestables, documentando no solo al equidna, sino también una biodiversidad sorprendente.

Además del esperado redescubrimiento, el equipo registró nuevas especies de insectos y anfibios, así como poblaciones sanas de canguros arborícolas y aves del paraíso, lo que confirma que la zona funciona como un refugio natural para especies poco comunes.

Desde el punto de vista de la conservación, el impacto es enorme.

De las cuatro especies conocidas de equidnas, tres tienen pico largo y al menos dos están en peligro crítico de extinción.

Confirmar que el equidna de Attenborough sigue vivo abre la puerta a nuevas estrategias de protección, especialmente en una región considerada sagrada por las comunidades locales y amenazada por la deforestación.

Más allá de su valor científico, el redescubrimiento envía un mensaje claro: incluso en un mundo ampliamente explorado, la naturaleza aún guarda secretos. Proteger estos últimos territorios intactos podría marcar la diferencia entre la pérdida definitiva de especies únicas o su supervivencia para las próximas generaciones.

Con información de Gizmodo.

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