Según explica Daniel Esquenazi Beraha, los edificios no solo deben reducir su impacto ambiental, sino también convertirse en motores de equilibrio con el entorno.
En este marco surge la arquitectura sustentable, una visión que prioriza la eficiencia energética, el uso racional de recursos y la creación de espacios que acompañan el bienestar humano sin comprometer el de las generaciones futuras. A diferencia de la arquitectura convencional, esta busca minimizar la huella ecológica en todo el ciclo de vida del edificio: desde la selección de materiales hasta su operación y mantenimiento.
Bajo esta perspectiva, cada construcción puede integrar materiales de bajo impacto ambiental, como maderas certificadas, concretos con menor huella de carbono o acabados reciclados. Asimismo, incorpora sistemas de captación y reutilización de agua, tecnologías para optimizar la ventilación natural y reducir el consumo energético, así como áreas verdes que apoyan la biodiversidad y mejoran la calidad del aire.
Este tipo de intervenciones no solo reducen el consumo de recursos, sino que también generan beneficios ambientales directos, como el ahorro energético de hasta un 50 % en comparación con edificios convencionales, la reducción de emisiones de CO₂ y la disminución de la contaminación hídrica y atmosférica.
De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las infraestructuras sustentables contribuyen a la resiliencia climática urbana, mejorando la capacidad de las ciudades para adaptarse a fenómenos extremos y reduciendo los riesgos ambientales en un rango de hasta 40 %.
Daniel Esquenazi Beraha señala que la sustentabilidad arquitectónica se sustenta en tres ejes: eficiencia en el diseño, uso responsable de recursos y aplicación de tecnologías limpias. Entre los ejemplos más claros se encuentran los muros verdes como filtros naturales, los sistemas de drenaje que reducen inundaciones urbanas, la implementación de sensores para optimizar consumos, y la gestión de residuos mediante compostaje o reciclaje in situ.
El arquitecto mexicano Daniel Esquenazi Beraha enfatiza que este enfoque no solo mira hacia la funcionalidad, sino hacia la construcción de una relación armónica entre el edificio y el planeta.
Entre los proyectos emblemáticos de esta corriente destacan: el Centro Sebrae de Sustentabilidade en Brasil, diseñado para responder al clima semiárido; el Ng Teng Fong Hospital en Singapur, que incorpora jardines y ventilación natural como parte del proceso de recuperación de pacientes; el Bosco Verticale en Italia, torres residenciales que integran más de 900 árboles y 20,000 plantas en su estructura; y la EcoCity Kalundborg en Dinamarca, pionera en simbiosis industrial, donde empresas y comunidades colaboran en la reutilización de materiales, energía y agua.
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