imagen tomada de univision.com
Aunque no lo parezca, las cucarachas de Madagascar tienen una habilidad sorprendente para enfrentar el clima cambiante: cuando el ambiente se vuelve más seco, simplemente se acurrucan unas con otras.
Y no por cariño, sino para evitar deshidratarse.
Una investigación de la Universidad de Binghamton, publicada en la revista Ethology, demostró que estos insectos ajustan su comportamiento social en función de la humedad.
Cuando el aire está muy seco como en la estación seca malgache, tienden a agruparse con mayor frecuencia, creando un pequeño “microclima” más húmedo que les ayuda a conservar agua.
En cambio, cuando la humedad es alta, los grupos son mucho menos numerosos.
El equipo dirigido por la investigadora Lindsey Swierk, junto a Alison Kryger, Kayla Huang, Kayhan Tabrizifard, Justin Yang y Alexandra Martin, recreó en laboratorio las condiciones naturales de Madagascar: humedad alta (75-90%) y baja (50-65%).
Tras semanas de observación, la conclusión fue clara: la humedad relativa es el factor determinante en el comportamiento de agregación, mucho más que la temperatura o el sexo de los individuos.
“Las cucarachas silbadoras de Madagascar ajustan activamente su comportamiento social en función de la humedad”, explicó Swierk.
Y esto demuestra, según la investigadora, que incluso los insectos adultos de gran tamaño dependen de la plasticidad conductual para enfrentar el estrés ambiental.
Al juntarse, estas cucarachas crean un entorno más húmedo que ralentiza la evaporación.
Esto es especialmente útil porque no pueden absorber agua directamente del ambiente, así que conservarla es crucial.
Sin embargo, no todo es positivo: los grupos más grandes también pueden generar más competencia y atraer depredadores.
Los investigadores advierten que, con el aumento de la aridez causada por el cambio climático, esta tendencia a agruparse podría intensificarse.
Esto afectaría su alimentación, reproducción y hasta su papel ecológico como descomponedoras, un rol esencial para el reciclaje de nutrientes en los bosques de Madagascar.
La cucaracha silbadora de Madagascar vive en la hojarasca del suelo forestal y forma parte importante del equilibrio natural.
Su capacidad para cambiar de comportamiento ante la falta de humedad podría ser vital no solo para su propia supervivencia, sino también para mantener funcionando el ecosistema.
El estudio concluye que esta plasticidad conductual podría ser clave para otros insectos de gran tamaño que enfrentan entornos cada vez más variables.
A medida que las estaciones secas se vuelven más largas y extremas, entender estas adaptaciones será fundamental para anticipar cómo cambiarán los ecosistemas del futuro.
Con información de Infobae.
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