México 4 abril._ La atmósfera terrestre recibe intensas lluvias de electrones procedentes de los cinturones de radiación de Van Allen que representan un peligro para las telecomunicaciones y las misiones espaciales. Se intensifican con las tormentas solares, que serán más potentes en 2023 y 2024.
Científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) descubrieron una permanente lluvia electrones súper rápidos y energéticos que cae sobre la Tierra. Pero representa un peligro para los satélites, las naves espaciales y los astronautas.
El entorno espacial cercano a la Tierra es muy dinámico y está lleno de partículas cargadas que orbitan en anillos gigantes que están alrededor del planeta, llamados cinturones de radiación de Van Allen.
Esos cinturones son dos zonas de la magnetosfera terrestre que concentran grandes cantidades de partículas cargadas de alta energía, originadas en su mayor parte por el viento solar capturado por el campo magnético terrestre.
Con una forma similar a la de un muelle enrollado que rebota de un lado a otro entre dos manos, los electrones de los cinturones de radiación viajan en espiral entre los polos magnéticos norte y sur de la Tierra.
Ondas de silbido
«Uno puede imaginar los cinturones de Van Allen como un gran depósito lleno de agua o, en este caso, de electrones», explica el investigador principal, Vassilis Angelopolous, en un comunicado.
«A medida que el depósito se llena, el agua cae periódicamente en espiral hacia un desagüe de alivio para evitar que la cuenca se desborde. Pero cuando se producen grandes olas en el embalse, el agua que chapotea se derrama por el borde, más rápido y en mayor volumen que el drenaje de alivio», añade.
Ese desbordamiento se produce porque, en los cinturones de radiación, se desencadenan vibraciones electromagnéticas llamadas ondas de silbido, que energizan y aceleran los electrones con tanta fuerza que salen despedidos y crean la lluvia de electrones que se observa en la Tierra, explican los investigadores.
La nueva investigación ha podido determinar que esas ondas de silbido son las que provocan la lluvia de observada en la órbita terrestre baja, que acoge a la mayoría de los objetos artificiales presentes en el espacio exterior. Esa órbita está situada entre la atmósfera y el cinturón de radiación de Van Allen, a una altitud que oscila entre los 150 y los 2.000 kilómetros sobre la superficie de la Tierra.
Fuente: Tendencias21