La agricultura es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, pero también es uno de los más grandes aliados del clima. El sector agrícola puede desempeñar un papel muy importante en la reducción de las emisiones y evitar una mayor pérdida de carbono almacenado en los bosques y el suelo.
Mantener saludables los suelos y los bosques también ayuda a combatir el cambio climático, ya que ambos actúan como “sumideros” que secuestran carbono. También, ayuda a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos y abogar por mejores patrones de consumo.
La agricultura “climáticamente inteligente” (CSA) es un enfoque que ayuda a transformar y reorientar los sistemas agrícolas para garantizar la seguridad alimentaria y apoyar el desarrollo rural en un clima cambiante.
El objetivo de la CSA es aumentar de forma sostenible la productividad agrícola y mejorar los ingresos de los agricultores; aumentar la resiliencia de los agricultores al cambio climático y ayudarlos a encontrar formas de adaptarse; y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
“La gestión del riesgo climático debería ser un factor clave del negocio agrícola, pero los productores siguen cultivando casi como un acto de fe, arriesgando sus cosechas ante sequías e inundaciones” comenta Ori Ben Ner, CEO de SupPlant, empresa de tecnología agraria.
Actualmente, las herramientas TIC de monitoreo agrícola y de suelo incluyen sensores y unidades de telemedida que miden y transmiten parámetros como la temperatura del aire y la humedad de las hojas y el suelo, todo esto, a través de redes móviles a bases de datos globales.
Al cambiar el concepto básico de métodos de riego, la tecnología puede ahorrar agua y, a la vez, mejorar la productividad y el rendimiento. El exclusivo sistema de inteligencia artificial de SupPlant analiza con sensores datos generados por los cultivos y los traduce en órdenes de riego para garantizar cosechas saludables y abundantes con un mínimo uso de agua.
Big Data y algoritmos
Las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura son capaces de predecir el clima y también plagas y enfermedades para así poder manejarlas. En una situación de clima cambiante como la actual, para los agricultores era cada vez más difícil confiar en lo que habían hecho toda la vida.
“Los usos y costumbres han liderado el campo de la agricultura durante siglos, SupPlant ha convertido esas intuiciones en ciencia y datos verídicos, en los que basarse” asegura Ori. Mediante la colocación de sensores en las plantas, SupPlant ayuda a comprender mejor qué pasa en cada parcela y cada planta respondiendo con agricultura de precisión qué se debe hacer con el fin de conseguir una mayor eficiencia, produciendo más pero también con mayor sustentabilidad. “A través de los datos se puede dibujar un escenario ideal de cultivo y el agricultor puede planificar mejor sus actividades para que se queden más adaptados y más resilientes al cambio climático”, explica.