Un nuevo estudio del Imperial College London lanzó una alerta global: el calentamiento está haciendo que los microplásticos se vuelvan más móviles, persistentes y dañinos, lo que agrava aún más una crisis ambiental que ya preocupa a científicos de todo el mundo.
Según los investigadores, las altas temperaturas, la radiación UV y los fenómenos extremos, aceleran la fragmentación del plástico en partículas diminutas capaces de viajar grandes distancias.
Esto permite que los microplásticos lleguen más rápido a ríos, mares, suelos agrícolas e incluso a la fauna más vulnerable.
La situación se complica con el deshielo del Ártico.
El hielo marino, que antes atrapaba estos residuos, ahora los libera de vuelta al océano, impulsando un “pulso” silencioso de contaminación que antes permanecía retenida.
Los impactos ya son visibles: alteración de ecosistemas, afectación a cultivos, cambios en la conducta de animales marinos y mayor exposición a contaminantes tóxicos que se adhieren a estas partículas.
Los expertos advierten que, sin una reducción urgente en la producción de plásticos y sin rediseñar los materiales que usamos a diario, el planeta podría acercarse a un punto de no retorno.
Proponen medidas como eliminar artículos de un solo uso, mejorar la gestión de residuos y acelerar acuerdos internacionales como el Tratado Global de Plásticos.
El mensaje es claro: los microplásticos ya están aquí, pero aún podemos decidir qué tan grave será su impacto en los próximos años.
Con información de Eco Inventos.
