Los drones marinos están cambiando por completo la forma en que los científicos observan y estudian a ballenas, delfines y orcas en libertad.
Lo que antes requería barcos, aviones costosos o acercamientos arriesgados, hoy puede lograrse con dispositivos ligeros, económicos y, sobre todo, mucho menos invasivos.
Según Smithsonian Magazine, esta tecnología abrió una ventana inédita al mundo acuático: desde medir el tamaño de un cetáceo hasta identificar individuos o registrar conductas que jamás se habían documentado.
Del desastre al descubrimiento: así nació el famoso SnotBot
Tras el derrame de Deepwater Horizon en 2010, el investigador Iain Kerr buscaba formas más seguras y menos invasivas de obtener datos biológicos.
En medio de esa búsqueda y después de un encuentro accidental con la mucosidad expulsada por una ballena, surgió la idea del SnotBot: un dron capaz de recolectar, desde el aire, muestras de ADN, hormonas y microbioma.
Solo necesita volar sobre el espiráculo del animal y capturar el material en placas de Petri.
Hoy se utiliza en todo el mundo para estudiar ballenas azules, cachalotes y delfines.
Para Kerr, esta innovación fue un antes y un después: “Los drones han cambiado mi vida”, dijo al medio estadounidense.
Drones dan un nuevo ángulo y nuevas historias del océano
Los avances no se quedan en la biología. Investigadores como Joshua Stewart, de la Universidad Estatal de Oregón, aseguran que los drones aportan una perspectiva aérea única que revela detalles imposibles de ver desde un barco.
Esto ha permitido registrar comportamientos nunca antes reportados.
Uno de los hallazgos más sorprendentes ocurrió en 2025: cámaras aéreas captaron a orcas usando trozos de kelp como herramienta para acicalarse, una conducta registrada tras analizar nueve horas de grabaciones de 25 ejemplares en Washington.
“Sin la vista cenital del dron, nunca lo habríamos visto”, explicó el ecólogo Michael Weiss.
Más seguros, más baratos y mucho menos invasivos
Frente a métodos tradicionales como los barcos que pueden estresar a los animales o aviones costosos, los drones ofrecen ventajas claras:
Requieren pocos operadores
Son económicos y fáciles de usar
Reducen riesgos para animales y científicos
Permiten observar sin perturbar
Además, su uso sigue creciendo. Hoy ya se emplean para colocar etiquetas de seguimiento mediante ventosas, sin necesidad de acercarse con pértigas o rifles de aire.
Drones también pueden ayudar a rescatar ballenas
Los drones no solo investigan: también podrían salvar vidas.
El equipo de Kerr trabaja en un gancho metálico impreso en 3D que los drones pueden depositar sobre redes de pesca para liberar a ballenas enmalladas.
El simple movimiento del animal facilitaría la salida.
Pendientes y futuro
Aunque el potencial es enorme, persisten retos como la corta duración de las baterías que generalmente es de entre 45 y 60 minutos, así como regulaciones que exigen mantener siempre el dron a la vista del operador.
Aun así, la comunidad científica coincide en algo: estamos solo viendo el comienzo.
Stewart lo resume así: el avance tecnológico es tan rápido, que es imposible predecir hasta dónde nos llevarán los drones en el estudio de la vida marina.
Una cosa es clara: los drones han convertido al océano en un territorio más accesible y seguro de explorar.
Y lo que están revelando ya está cambiando lo que creíamos saber sobre sus gigantes más misteriosos.
Con información de Infobae.
