El planeta está en “alerta roja”. Según el más reciente informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), 48.646 especies están amenazadas de extinción.
El cambio climático, el derretimiento del hielo marino y la deforestación están provocando una de las mayores crisis de biodiversidad en la historia moderna.
El anuncio se realizó durante el Congreso Mundial de Conservación, celebrado en Abu Dabi, donde la UICN presentó su actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas, la base de datos más completa sobre el riesgo de extinción global.
De las 172.620 especies evaluadas, una de cada cuatro está en peligro.
“Sabemos qué hacer, pero faltan recursos para hacerlo”, explicó Jon Paul Rodríguez, presidente de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN.
Focas árticas: las víctimas del deshielo
Tres especies de focas del Ártico se sumaron a la lista de especies en peligro.
La foca encapuchada pasó de vulnerable a en peligro, mientras que la foca barbuda y la foca arpa fueron reclasificadas como casi amenazadas.
El calentamiento del Ártico, que ocurre cuatro veces más rápido que en el resto del planeta, está destruyendo su hábitat natural: el hielo marino. Sin él, no pueden reproducirse, descansar ni alimentarse.
“Proteger a las focas es proteger el equilibrio del Ártico”, advirtió Kit Kovacs, copresidenta del Grupo Especialista en Pinnípedos de la UICN.
Además del cambio climático, estas especies enfrentan riesgos por la caza, la explotación petrolera y el ruido de los barcos.
Las aves del mundo también están amenazadas de extinción
El panorama no mejora al voltear al cielo.
Un estudio global reveló que el 61% de las aves del mundo tiene poblaciones en declive, un aumento alarmante comparado con el 44% registrado hace nueve años.
Entre las más afectadas están el asiti de Schlegel en Madagascar, el bucero de casco negro en África Occidental y el ruiseñor norteño en América Central.
La deforestación, la agricultura intensiva y las especies invasoras son las principales causas.
Aun así, hay buenas noticias: el junco de Guadalupe en México mejoró de “críticamente en peligro” a “vulnerable” tras la restauración de su hábitat, y dos aves de las islas Rodrigues salieron de la lista de riesgo gracias a esfuerzos locales.
La tortuga verde: símbolo de esperanza
No todo es tragedia. La tortuga verde (Chelonia mydas), que alguna vez estuvo en peligro, logró recuperarse gracias a décadas de conservación.
Su población aumentó un 28% desde los años 70, lo que permitió reclasificarla como “de menor preocupación”.
El éxito se debe a la protección de playas, la reducción del comercio ilegal y los programas de monitoreo en lugares como México, Brasil y Hawái.
“La recuperación de la tortuga verde demuestra que la conservación funciona cuando se hace con compromiso y cooperación”, afirmó Roderic Mast, copresidente del Grupo de Tortugas Marinas de la UICN.
Seis especies confirmadas como extintas
El informe también trajo malas noticias: seis especies fueron declaradas oficialmente extintas, entre ellas la musaraña de la Isla Christmas, el zarapito fino y tres mamíferos australianos.
Esta pérdida, advierte la UICN, es una muestra clara de que la acción global no puede esperar.
La directora general de la organización, Grethel Aguilar, llamó a los gobiernos a acelerar sus compromisos ambientales, especialmente con la COP30 a celebrarse en Brasil.
“La esperanza y la preocupación van de la mano. La historia de la tortuga verde nos muestra que sí podemos revertir el daño”, dijo Rima Jabado, vicepresidenta de la Comisión de Supervivencia de Especies.
Un llamado urgente al planeta para frenar la extinción de especies
El mensaje es claro: la biodiversidad y el clima están estrechamente conectados.
Cuidar a las especies no es solo salvar animales; es proteger el equilibrio que sostiene la vida humana.
El informe sugiere invertir más en investigación, restauración de hábitats y proyectos sostenibles como REDD+, además de reforzar la protección de especies en peligro de extinción bajo acuerdos internacionales.
Porque, aunque el planeta está en alerta roja, aún hay tiempo para actuar.
Con información de Perfil.