El mundo de la ciencia y la conservación está de luto.
Jane Goodall, la primatóloga más famosa del planeta, murió a los 91 años mientras se encontraba en California, según confirmó el Instituto Jane Goodall en un comunicado.
Su vida fue sinónimo de curiosidad, valentía y amor por la naturaleza.
Desde joven, Goodall revolucionó la manera en que entendemos a los chimpancés y, en consecuencia, a nosotros mismos.
Jane Goodall: La mujer que cambió la historia de la primatología
En 1963, cuando tenía apenas 29 años, publicó en National Geographic sus primeras observaciones en la Reserva de Chimpancés de Gombe, en Tanzania.
Allí descubrió comportamientos nunca antes documentados: los chimpancés fabricaban y usaban herramientas, comían carne, organizaban jerarquías sociales, bailaban bajo la lluvia e incluso libraban guerras entre grupos.
Estos hallazgos derrumbaron la idea de que solo los humanos eran capaces de tales conductas y llevaron al famoso comentario de su mentor Louis Leakey:
“Ahora debemos redefinir ‘herramienta’, redefinir ‘hombre’ o aceptar a los chimpancés como humanos”.
Un legado que inspiró a generaciones
Su trabajo no solo fue un avance científico; también abrió camino a más mujeres en un campo dominado por hombres.
Gracias a ella, investigadoras como Dian Fossey y Biruté Galdikas encontraron inspiración para adentrarse en el mundo de la primatología.
Además, Jane Goodall se convirtió en una figura mundial más allá de la ciencia.
Su capacidad para contar historias y transmitir pasión la transformó en una celebridad admirada en universidades, foros ambientales y escenarios internacionales.
Aunque su muerte marca el final de una era, su legado continúa en la labor del Instituto Jane Goodall, dedicado a la conservación, la educación y la protección de especies en peligro.
Jane Goodall no solo nos enseñó a mirar de cerca a los chimpancés; también nos mostró que la relación entre humanos y naturaleza puede replantearse con respeto y asombro.
Con información tomada de The New York Times.